La principal razón por la que elegí esta asignatura ha sido para profundizar y obtener mayores conocimientos sobre la web 2.0, aunque habría que destacar la imponente Web 3.0 que comienza a desarrollarse.
Personalmente nunca he creado, gestionado ni utilizado un blog, quizás por el miedo a cómo publicar y el temor a los errores, por ello, esta es otra de las razones por las que gracias a la asignatura “Web social” impartida en el máster de la Universidad Carlos III de Madrid denominado “Bibliotecas y Servicios de Información Digital” podré desarrollar, no obstante, reconozco que otras redes sociales como “Facebook” e incluso “tuenti”, si las uso a un nivel personal y como toma de contacto con los usuarios que tengo agregados, en cambio “twiter” he de reconocer que la utilizo a nivel institucional por motivos profesionales.
Hace unos años las aplicaciones que en la actualidad ofrece la web social eran impensables. Con la aparición de la Web 1.0 las páginas ofrecían herramientas más estáticas, una información unidireccional (emisor-receptor), una estética y entorno web simple y una actualización de los contenidos tardíos o en muchas ocasiones nula. Además para poder acceder a videos o archivos de audio teníamos que instalarnos un software adecuado.
Sin embargo, con la aparición de la Web 2.0 hemos pasado de ser observadores a ser observados. La nueva Web ha generado páginas, redes sociales, portales, wikis, blogs… muy interactivos, dinámicos y de fácil manejo, permitiendo al individuo, sin necesidad de tener conocimientos informáticos, ser parte de los contenidos e incluso utilizarlos como medio de expresión (foros). La actualización de la información es constante y explosiva, existiendo personas dedicadas exclusivamente a ello. Las plataformas también han cambiado permitiendo incluso una enseñanza online.
Las bibliotecas y centros de información no se han quedado atrás y han sabido adaptarse a los cambios haciéndose cada vez más visibles en el nuevo entorno. Un ejemplo es la Biblioteca Nacional de España (BNE) que a través de la red social Facebook informa a los usuarios de los nuevos contenidos y recursos que aparecen en la biblioteca, sus eventos, conferencias, concursos… permitiendo que el usuario participe.
En definitiva hemos pasado de ser meros espectadores a poder participar activamente y ser protagonistas de la red.
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